“ Que todo en el universo, el mundo, la sociedad, el sujeto, lo real,
esté sometido a la forma de
conflicto(...) Lucha
= solamente = medio por el cual los débiles
triunfan sobre los fuertes” ROLAND BARTHES. (Lo Neutro).
No; no insistas. Les dije a todos: me defendí nada más.
Definitivamente, nadie me cree. ¿Vos me creés? No pude con los profes, son muy
jodidos; no sabés lo que son. Nunca te metas en la Universidad, esa que está
por 9 de Julio y Caseros. Vos no te imaginás lo que hacen ahí, te muelen como
en una máquina de triturar carne, pero ellos son los patriotas de “la
excelencia educativa“. ¡Son una cosa inexplicable!
Ese día me purifiqué. Creo que vivo con principios éticos y
valores morales. ¿Qué creés que hice ? Fue un dilema. No tengo intención de
engañarte.
Lo que ocurrió fue un cacerolazo, igualito al del 20 de
diciembre a De la Rúa, poco menos. ¿Vos creeis que a los profesores les
importa? Nooo; no les importa nada, mas sí su sueldo. Yo los veo cuando se
acerca fin de mes hablan entre ellos ¿viste? Sí; dicen que el gobernador dijo,
porque antes había dicho el presidente que el FMI hubo contemplado el índice
del riesgo país para que la Argentina pueda salir de la postergación económica
iba a autorizar un crédito exclsivo para el pago de sueldo a los docentes.
Ellos, los docentes y te lo juro, se parecen a los periodistas, lidian entre
ellos por quién trae primero la noticia: platita, platita, se cuentan unos a
otros que van a cobrar en quebrachos algunos putean, de lo más lindo, claro,
prefieren los lecops o bien pesos .
Yo los odio a ellos porque dicen y hacen lo que quieren ¿Y
las clases? Qué van a dar clases, apenas cumplen horarios y empiezan con sus
discursitos artificiales y blablabla.
Hacen eso para no trabajar, seguro, son atorrantes, pufff.
Además quieren que se los trate como a unos filósofos. Viven en una nube de
pedos y eso no es nada porque hay que verlos a los masculinos que pretenden ser
el Brat Pitt de la clase y son unos viejos de mierda, son recalentones y las
pendejas: entre ahhh y uhhh viste el profe cómo me miraba, bahh unas boooludas.
No aguanto más. Para
el colmo, semiótica es ad infinutum.
Estoy en clase todo el tiempo pensando boludeces. El otro
día en la clase, del gordo arrogante, ese, muy despreciable, y que nosotros les
decimos por lo bajo “ las babas del diablo” porque todo el tiempo calentonea
con Alexia y la Alexia se hace la estúpida y para colmo habla como una nena “
naaa entendí profe, mee puade explicá” Y el gordo no puede simular las ganas que
le tiene la mira como si fuera un carnicero afilando su cuchillo, bueno este
gordo baboso nos había pedido que analicemos el cuento “Hombre de Esquina
Rosada”, de Borges, también que identifiquemos los signos. Yo ese día leí un
epígrafe que me gustó, nunca voy sin leer, si no ni voy a la facultad, me quedo
en mi casa; no soy de hacer papelones. Bueno me fui, pero vuelvo, el profesor
ese día entró a clase, siempre altanero con un lenguaje retorcido. Para que
veas lo cito textual, porque yo grabo todas las clases, eso lo que tengo. No
bien entró saludó como siempre: “ Bienvenidos alumnos a la paranoia”, así
decía, luego de su risita altanera, “jejeje.”
Yo siempre digo que este profe es una suerte de alienación
semiótica. El gordo nos tiene hartos a todos con Borges, ¿viste? que para mí
fue un gran escritor sino el mejor ( no el mejor fue Cortázar) pero los boludos
estos, nos hacen sentir odio por Borges por todas las pavadas que dicen que él.
Vos sabés que nadie
entiende esta materia, ¿qué vas a entender si viste lo que es? Luego preguntó
en la clase por unos signos del cuento, algunos dijeron el cuchillo, la moneda,
la luna y cuando mencionaron el espejo, el gordo se exaltó.
¡ Yo no te puedo explicar cómo! - dijo: “Bieeeen! bien el
espejo es el signo más importante que existe en este cuento, quería llegar a
esto para demostrarles cómo se estructuran los sentidos en el relato. Y si
logramos entender esta estructura, también podemos estructurar los signos
sociales ¿se entiende? Para Borges, esa imagen que funciona como espejo se
repliega sobre sí misma direccionándola hacia la reflexión. Para que se
entienda veremos como ejemplo ¿todos leyeron, no?”
Todos los alumnos contestamos con silencio aturdidor ¿no me
crees? Es un bodrio esta clase: “Sigamos alumnos El corralero lo insita a un
duelo de cuchillos a Rosendo, he ahí otro signo el cual hacía mención el
compañero”. Lo señaló a Guido quien no hacía otra cosa más que comer, beber y cagar libros.
El profesor siguió :
“Ahí en ese momento Rosendo Juárez se ve en la imagen del Corralero entonces
reflexiona acerca de su identidad y de su carácter de malevo y de matón; al ver
semejante imagen desea salir de ese camino y reasentarse de otra forma en otra
sociedad y partió. Por ello lo tratan de cobarde. Ahora en el plano social
cuántas veces nosotros nos vemos en otra persona, lo que les quiero decir es
que cuando vemos alguna actitud que es propia pero que la distinguimos en los
demás, en los amigos, hermanos, por ejemplo, nos disgustamos con ellos pero, en
realidad, es que nosotros nos vemos en el espejo a nosotros mismos. ¿Se
entiende? la función de este signo”.
Yo no podía creer la sucesión de necedades que decía este
señor y ahí nomás, lo refuté más que con fundamentos con la fluidez de un
pensamiento enmarañado por el tenor de esas habladurías y por el odio a ese
profesor porque al escritor yo lo idolatraba, entonces –dije- profesor, esto no
funciona como usted, dice en la vida social. Cómo se enervó, me sentenció:
“Mirá Gonzalo voy a ser borgeano en la respuesta: no hables al menos que puedas
mejorar el silencio”. Con semejante frase no sabía qué decir y dejé manar mis
ideas y expresé: no se enoje profesor, lo que yo interpreto es que el espejo
puede funcionar en lo textual y en lo pictórico pero no en la vida
extra-literaria pues, la estructura social es compleja, dinámica y mutante. No
está dominada por el plan de un escritor. Somos seres humanos de carne y hueso
cuyos planes es vivir al trote, como lo plantea la sociedad capitalista, claro.
Para rematar, - dije- seré borgeano también, en mi respuesta pues, Borges
decía: “Estoy solo y no hay nadie en el espejo”. Como verá profesor lo que se
quiere decir es que, ni siquiera cuando yo me miro al espejo es mi imagen real,
menos aún, voy a verme en otra persona. Lo que me parece es que este escritor
era bastante contradictorio con sus signos. ( yo había leído el poema No hay
nadie en el espejo, que Borges lo escribió cuando quedó ciego pero yo con tal
de llevarle la contra al tipo cambié el sentido al poema) Y bue... cuando
escuchó esto ¡ayy mamita! ¡Vos viera la cara que puso! -Me contestó: “¡Por
favor alumno no sea vago, y estudie!” Yo que nunca me callo, desembuché:
¡profesor, le agradezco su buena intención pero, mi vida laboral la manejo yo,
muchas gracias, ahora yo digo lo mismo a Usted trabaje que se pasa la clase. El
semiótico no sabía qué hacer ni decir. El profesor me amenazó. Se fue de la
clase, largando espuma por la boca.
Yo no sabía qué hacer, entonces, pensé: la única que me
queda es presentar una denuncia escrita al rector y decirles a mis compañeros
que fue él quien me denunció. Así ellos pueden sostenerme. Dicho y hecho, al
rato todos vinieron a darme el apoyo es más estaban dispuestos a hacer un
cacerolazo, con pancartas, quemas de gomas, así todo lindo
Yo sabía que el día
en que el rector me iba a llamar para ratificar o rectificar mi postura, lo que
no sabía que al profesor también lo convocaría Nos cito a los dos, al otro día
a las dieciséis.
Nos encontramos en la
rectoría que para mí este sector era tierra mística. El profesor llegó sudado a
paso abreviado al escritorio, con aspecto funesto, compenetrado con sus manos.
Nos sentamos uno al lado del otro frente al rector, un tal Joaquín Sandrini, dicho sea de paso un hombre de “valores democráticos”.-El rector nos
dijo- tienen que dejarse de payasadas, el profesor a dar clases, y vos a
estudiar, cada uno en su rol, nada de quejas ni justificaciones. Ahí mismo
rompió la denuncia. Cuando esto ocurrió se escucharon ruidos desde afuera. Eran
mis compañeros con pancartas, cacerolas y cucharas, tapas de ollas, ¿qué sé yo
cuántas cosas más? Un brete de aquellos, no te imaginás. El rector me preguntó quiénes
eran los que estaban alborotados. Yo me hice su lacayo, me fui caminando hacia
la ventana y allí los vi a todos, para el colmo, cruzaban por el caminito los
de economía que se acoplaron a los de semiología y todos, che, meta cantar ¡Qué
renuncie! ¡qué renuncie! ¡ Que se vayan todos! ¡Que se vayan todos! Así toda la
hora.
El rector me miró, en sus ojos observé los signos de
interrogación, entonces- dije- haciéndome el tonto: rector yo no tengo la menor
idea de los partidos políticos, ni siquiera estoy afiliado a alguno, soy independiente,
pero parecen que son los zurdos de la Franja Morada. Ahí nomás,
Sandrini largó una carcajada – dijo- ¡ Los de la Franja Morada son radicales y de
mierda! Ellos siempre se venden de moralistas y creen que con eso ya está. Son
unos tarados. Luego, nos dijo- ustedes creen que los atrevidos estos van hacer
algo, con esa protestita. No, de ninguna manera, señores. Déjenme, yo les voy a
dar protesta, los voy a denunciar a la justicia por destrozos o por atentar
contra las instituciones y se terminó el problema. Yo le di la razón al rector
y agregué: imagínese, señor rector, si cada vez que tenemos un problema vamos
hacer una protesta, ¡qué sería de nuestro país!
Y así fue no quedó
nadie, ni el Guido que era de lo mejorcito. El profesor, pobre renunció. Me dolió
mucho su partida porque era un pelagato, creído pero algo aprendías... ocurre que
él vivía en un universo imaginario que ni él conocía. Ahora, me comentaron que
hay una profesora, Miriam Lago dicen que es “andrógina”, pero a mí no me
interesan las invenciones. Me quiero recibir lo antes posible, después de todo
no es tan malo ser profesor. ¿Seba, vos crees que hice lo correcto?
-Sí, boludo mañana
seguimos hablando. Apagué el teléfono.