No podré extenderme en mi exposición. Me limitaré a darles
lo que a mí me parece las tres ideas más importantes:
1.
La cuestión ontológica
2.
La cuestión ética
3.
La cuestión pedagógica.
El recorrido no es fiel al
pensamiento de Levinas sino abre paso para pensar las cuestiones, no es una
lectura histórica, no es una lectura objetiva, ni siquiera académica sino más
bien filosófica e inspiradora. Levinas me ayuda a entender la educación, a
ahondar con la literatura, es entonces,
que desde la educación lo más importante no es pensar, sino invitar a pensar infinitamente, no terminar nunca, no cerrar, no clausurar la
lectura y la interpretación. La lectura para que sea educativa tiene que dar
lugar a una nueva lectura y así sucesivamente, toda lectura que se clausure,
toda palabra final, todo final de trayecto acaba por someter en puro adoctrinamiento
y acaba convirtiendo al educador no en alguien quien acompaña el camino que se
está haciendo, en un camino que no existe, en un camino que se está haciendo al
andar convirtiéndose en un guía que nos lleva a la “tierra prometida”, en un
líder, en un caudillo, en un cacique.
Levinas, parte de la concepción
del ser humano no metafísica, aunque Levinas la utiliza en otro término. Hay
dos grandes maneras de hacer filosofía. Una manera metafísica que es
predominante y ha sido dominada en la cultura occidental desde Parménides hasta
Hegel que es entender que hay unas esencias inmutables que piensan eres lo
mismo que la historia tiene un sentido y que finalmente la historia, mejor las
historias van a terminar y todos abriremos la puerta del paraíso. En esta
tradición el ser humano se lo entiende como una dualidad entre cuerpo y alma
porque generalmente el mundo se divide en el mundo que vemos y el mundo de las
sombras como diría, Platón, El mundo de las ideas, entre el mundo sensible y el
mundo inteligible, entre lo que cambia, las transformaciones y lo que es
eterno. Esta visión metafísica ha dominado la cultura occidental. Frente a esta
tradición metafísica que yo llamaría metafísica que cree a modo de Descartes
quien pensaba que existen verdades tan firmes y seguras que ni la más
extravagantes suposiciones de los escépticos son capaces de conmover, cuando en
realidad lo que hay es tiempo, espacio, historia o de nuevo, mejor historias,
no hay camino hay sendas perdidas en el bosque “caminos en el bosque”, a decir
de Heidegger, lo que hay son relaciones, lo que hay son contextos, lo que hay
son situaciones, por lo tanto no hay una esencia humana, no hay verdades
absolutas, firmes, universales, lo que hay es un juego de interpretaciones. Yo
adhiero a la tesis de Nietzsche “no hay hechos, solo interpretaciones”. No hay entonces,
fenómenos morales, sino hay interpretaciones morales de los fenómenos (más allá
y del bien y el mal). La posición que se toma es perspectivista que nada tiene
que ver con la relativista. Todo es un juego de perspectivas, pero es
importante saber que existen perspectivas mejores que otras, no todas las
perspectivas son iguales, aunque, la mejor de las perspectivas sigue siendo una
perspectiva, es decir, nadie es capaz de escapar a su condición de finitud,
nadie puede escapar a su condición corpórea, a su condición de mortal, a su
condición adverbial. Solamente, los
salvadores de la patria, solamente los totalitarios, solamente aquellos que
creen en la verdad absoluta, solamente los que no educan sino adoctrinan creen
que han podido escapar de la caverna contemplar la luz del sol y volver a
decirnos al resto de los mortales cuál es el buen camino, hacia donde tenemos
que ir. Yo creo que Levinas me ha enseñado al ser humano como ser humano, es
decir, finito no está capacitado de cruzar las puertas del paraíso, al menos
aquí, al menos aquí como ser infinito, como ser adverbial, en cambio ha habido
muchas personas en Europa y en América, especialmente, lo saben muy bien porque
les ha tocado vivirlo, les toca vivirlo, en sus propias carne, muchas personas
han pisado las puertas del infierno y algunas han vuelto para contarlo, por
tanto la ética de Levinas es una ética no como la de Platón construida a partir
de la idea del bien, no como la de Kant construida
a través de un imperativo categórico descorporeizado, a partir del principio de
dignidad, sino a través de una experiencia histórica del mal, es decir, la
experiencia del sufrimiento, de esos cuerpos sufrientes, esos cuerpos dolientes
que día a día pueblan el mundo el cual nos ha tocado vivir. Frente a la
pregunta ética, aristotélica, helenística ¿cómo puedo ser feliz? Frente a la pregunta
ética, kantiana, por tanto moderna e ilustrada ¿qué debo hacer? La pregunta que
nos propone Levinas es ¿Quién sufre y cómo puedo estar a la altura del
sufrimiento del otro?¿Cómo puedo acompañar al otro en su sufrimiento? Esta es
la gran pregunta de Levinas. Digamos que Levinas ejemplifica en la palabra
Auschwtz. Estos días he insistido mucho en esta idea, una idea que también está
en Adorno, en Theodor Adorno, Adorno coincidiría con Levinas con otras no, pero
hay un punto que creo que es importante que la palabra Auschwtz, es mucho mejor
que la palabra Shoah que la palabra holocausto porque Auschwtz muestra un hecho
histórico terrible, terrible, pero Auschwtz es también un símbolo, el símbolo
del mal absoluto, el símbolo del mal en la tierra, símbolo de lo que es capaz
seres humanos bien formados que esto es lo terrible. Hemos estado durante dos
mil quinientos años partiendo de un presupuesto, prejuicio pedagógico que
decía, que dice que “el mal es fruto de la ignorancia” y que una persona bien
educada, bien formada en humanidades, necesariamente, debería hacer el bien y
esto es lo que la experiencia de Auschwtz ha refutado radicalmente. Auschwtz no
nace de la incultura, Auschwtz, como dice George Stiener nace del corazón de la civilización. Auschwtz nace en el lugar más
culto de la tierra, del corazón de Alemania. Auschwtz nace en la patria de
Wagner, de Rilke, la patria de todos estos autores. George Steiner nos propone
una pregunta que perfectamente la podría suplir Levinas ¿cómo es posible que
alguien lea a Rilke por la mañana, escuche a Bach, a Mozart por la noche y al
mediodía va a torturar a Auschtz? Esto ha sucedido, esto sigue sucediendo, por
tanto, la ética de Levinas es una ética que recoge una idea años después, quien se ocupa también del
totalitarismo, Geogio Agamben necesitamos una ética que no sea capaz de
enfrentarse al infierno, al mal absoluto, al horror concentracionario, a la muerte, no es ética para los pueblos.
Esto lo deberíamos pensar y junto a una ética deberíamos pensar cómo educar
para que Auschwtz no vuelva a repetirse, este es el peligro de nuestro tiempo
de que Auschwtz se repita que de hecho se está repitiendo, porque insisto esta
palabra es el símbolo para expresar el mal, pero el mal radical.
Hay una palabra en Levinas, (todo
lector conoce, el lector de Levinas) cuando él nos habla de ética y educación
es la palabra “Rostro”, “Visage” en francés. Es enormemente importante
distinguir el rostro de la cara. Normalmente vemos caras, es decir, vemos
categorías, vemos el color de la piel, vemos el género masculino-femenino,
vemos ciudadanos, vemos extranjeros, vemos padres, madres, hijos, blancos,
rubios, morenos, todo esto forma parte lo que en Levinas es propio de la cara. La
cara se ve pero la cara no es el rostro. El rostro es una demanda, el rostro es
una apelación, una apelación de un nombre propio no de una categoría. No es una
persona la que demanda en el rostro, es un nombre propio, es decir, alguien
quien tiene cuerpo, alguien corpóreo, alguien que sufre y el rostro nos demanda
que no pasemos de largo, que no seamos indiferentes a ese sufrimiento. Esa es
la ética de Levinas, una ética de la no indiferencia frente al dolor del otro.
Una ética que no se base en imperativos categóricos sino en la sensibilidad al
mal, al valor, al sufrimiento.
Emmanuel Levinas, es judío o era judío
y cita siempre génesis 4:9 cuando Dios le pregunta a Caín ¿dónde está tu
hermano? Y Caín responde, ¿Acaso yo soy el guardián de mi hermano? La respuesta
de Caín es sincera pero es pura ontología “yo soy yo y tú eres tú” y lo que a ti
te pase a mí me trae sin cuidado. Hay una diferencia entre tú y yo pero que
acaba siendo in-diferencia. Frente a eso hay otra manera de entender las
relaciones humanas, la relación ética, la relación no con caras sino con el
rostro que me llama. En este caso Levinas no lo hace, yo me voy a permitir,
citar otro texto desde un punto de vista literario, no estoy citando textos
bíblicos desde un punto de vista religioso sino desde el punto de vista
netamente literario, cultural que es Lucas10:30 el relato del samaritano. Los
tres personajes pasan por delante de un hombre herido, todos tienen moral
porque la moral la tiene todo el mundo: nacemos, construimos nuestra moral un
conjunto de normas, imperativos, de valores pero solo uno de ellos, el
samaritano, porque además había sido educado para no atender los sufrimientos
de ses ser, de ese judío, porque ese judío ya no era considerado ni una persona
es el que rompe con la moral que ha heredado, hay una transgresión, una genuina
transgresión de la moral y da una respuesta ética, es decir, da una respuesta
comprensiva. La compasión es ponerse junto al otro que sufre, ayudar en su
sufrimiento y es una relación netamente gratuita. Es como dría Jacques Derrida
( gran amigo y continuador de la ética de Levinas). La compasión es un “don” y
el don no es intercambio, No hay que confundir dar con intercambiar. Cuando uno
intercambia espera que algo regrese. Yo te doy para que tú me dés, por tanto,
hay una espera, hay una reciprocidad. Vivimos en un mundo donde todo gira,(
insisto, en Derrida que es la misma línea de Levinas) en torno a la lógica de
lo económico. Te doy para que me devuelvas pero la ética si existe, si hay
ética es un dar netamente gratuito, es puro “doy” simplemente te doy a cambio
de nada. Simplemente, decimos o hay don, o hay gratuidad o no hay ética.
Ustedes me pueden decir el don es imposible,
la gratuidad es imposible, pues bien, pero, entonces, no hay ética. Y si no hay
ética tampoco hay educación porque lo que hace que la educación sea educación y
no adoctrinamiento es la respuesta ética. Moral hay siempre, esta distinción
también, está en Levinas, también el adoctrinamiento es una moral.
Ni el nacismo, ni cualquier otro
sistema totalitario no creo tengan
déficit de moral sino más bien un exceso. El nacismo es un exceso de moral, el
nacismo hoy todavía queda un resto, yo creo vivimos en un tiempo de mucha moral
y poca ética. Lo que hace que la educación sea educación y no otra cosa, no
adoctrinamiento es la ética. El dar-se al otro. El educador no es solamente
aquel que da algunos conocimientos, aptitudes, algunos valores, aquel que da
sino sobre todo es aquel que se da. El dar educativo es un dar-se, es decir
hacerle ver a ese otro que tengo delante que él es importante para mí y su
sufrimiento me importa que soy sensible a su dolor que no soy in-diferente a lo
que él o a ella le sucede por lo tanto, la palabra clave aquí ya no es
diferencia sino deferencia, ser deferente con el otro, tener cuidado con él…La
ética no está al final de la educación, no es un objetivo de la educación sino
todo lo contrario su condición de posibilidad. La ética está al principio no
está al final. La relación educativa es
ética o no es educativa.
No me voy a extender mucho, voy a
ir terminando no concluyendo porque en educación nunca se debe concluir, es
decir, nunca se debe cerrar….voy a terminar con un verso de Paul Celan “yo soy
tú cuando yo soy yo”.
Muchas gracias
https://www.youtube.com/watch?v=DXZipK7yaas
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