martes, 15 de agosto de 2023

Milei y la rosa de cobre



"Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?" 
"¿Hasta cuándo catalinos y catilinarios abusaréis de nuestra paciencia?"  Cicerón
Con este epígrafe, Ezequiel Martínez Estrada comienza su ensayo ¿Qué es esto? Catilinaria. La pregunta direcciona a la perplejidad que él tuvo y que lo plasmó en un ensayo acusatorio ante el peronismo allá por 1956. Irónicamente, a este movimiento lo llamó como una enfermedad epidérmica "desbarajuste glandular peronista generalizado". 
También qué es esto nos preguntamos un vasto sector social al no entender bien a los "libertarios" y qué era lo que estaba ocurriendo con las elecciones presidenciales el domingo pasado quizás todavía nos lo estamos preguntando. 
En cuanto al candidato en cuestión: Milei, encontré de alguna manera un paralelismo, una comparación con un autor de renombre de la literatura argentina. Roberto Arlt, dejo claro que estoy en este mismo momento realizando una operación de lectura para entender el personaje, partiendo de un autor de la literatura nacional, muy radical en su postura ideológica. 
Como señala Juan Luis González, biógrafo de Milei en su libro "El loco" "Milei es apenas el mejor personaje de una Argentina que cambió y mucho. Una Argentina cansada enojada, preocupada con una vida difícil como la que tuvo Milei desde niño". En paralelo lo veo a Erdosain, a Astier como pedazos autobiográficos de Roberto Arlt que se manifiestan en la ficción. Mucha similitud entre la realidad actual y el verosímil del universo narrativo arltiano. Tanto en el relato arltiano como en los discursos de Milei irrumpen en la literatura por unlado, en el discurso político por el otro, la palabra: resentimiento que encuentra anclaje en lectores de esa época y en un sector social en la actualidad. Una palabra fuerte para sectores "pogres" pero tan inequívoca, sin dobleces y tan categórica: se es resentido o no. Sin embargo, tanto como para Arlt como a Milei, este adjetivo es resultante de simpatía. Roberto Arlt, creó una sociedad secreta, en "Los siete locos", que van de proxenetas a un astrólogo cuya idea es justamente, a través de una sociedad secreta romper el orden social. En Milei, la sociedad secreta son los youtubers, a través de negacionistas, brujas, oportunistas pretende alterar aún más el des-orden económico social y cultural en el que vivimos. Así como Roberto Arlt, en El juguete rabioso, sabe que no se trata de locura, más bien de una "inconsciencia llena de alegría", pues se relaciona con elementos de un raro sentimentalismo popular, en altibajos con prejuicios de capas medias fracasadas. 
Milei se nutre, de nostálgicos de un pasado resiente los 90', de excluidos sociales, de desesperanzados que necesitan un reorganizador de la 'argentinidad', si es que existe algo así. La religiosidad, la ilusión la potencia al punto tal como decía Nietzche en Así habló Zaratustra: "El mundo gira en derredor de los inventores de nuevos valores-gira de una manera invisible. Pero el pueblo y lafama giran en derredor de los grandes comediantes ¡Así marcha el mundo!" El mismo Roberto Arlt, consideró que "El hombre es una bestia triste a quien sólo los prodigios conseguirán emocionar (...) Pues bien, nosotros con nuestra sociedad les daremos los prodigios". Juan González se pregunta en El loco "¿Qué pasa si en un país inestable aparece un líder inestable? ¿Y si lo llega a gobernar? En octubre se sabrá si florece o se marchita la rosa de cobre. 

domingo, 26 de marzo de 2023

Las pequeñas épsilon

 "Las amarguras que el tiempo arroja dentro de mí las sustrae de mis poemas. Me he llenado de arrugas, para permanecer terso ahí donde nadie me recordará. Una rosa que se vuelve poesía te puede destrozar mucho más que un puñetazo que no se vuelve poesía. Millares de palabras se marchitan en los libros rojos, cuando una simple muchacha dispara. Al parecer, incluso para derrocar gobiernos -qué triunfo- se necesita la buena calidad. En la tristeza de la interminable mediocridad que nos ahoga por todos lados, me consuela que en algún lugar, en alguna habitación pequeña, algunos obstinados luchan por eliminar el desgaste. Con pleno conocimiento de que un día este planeta se congelará o se incendiará junto con sus logros. Ellos, otro tipo de héroes, son los que harán quedar bien a la alguna vez humanidad. Extraño: en nombre del humanismo, desde siempre los pueblos han dado dos pasos adelante y los poetas dos pasos atrás. No nos engañemos. No te haces vegetariano comiendo cordero pintado de verde. Que reduzcas un poema a su sentido esencial no tiene ningún sentido. Una cámara fotográfica oculta en la mala poesía nos condena a volver a ver aquello que hemos visto muchas veces -y a no ver aquello que nunca hemos visto.


Seguramente la capacidad de observación es un gran defecto para el poeta que, al final, acaba tomando las nubes por nubes. Muchas mentiras esperan en fila para ocupar el lugar de la verdad. Al menos mintamos correctamente. Muchos en la poesía, porque resulta que son feos, proclaman que Dios hizo feo al mundo. Algunos incluso llegan más lejos: porque alguna vez estuvieron en peligro de ahogarse, insisten en que el mar no es azul. No percibes la magia con la interpretación de la magia, mucho menos con la descripción de la interpretación de la magia. O cantas, o callas. No dices: esto que hago es canto. Eso faltaba. Si los pájaros pensaran nos arrojarían piedras -perdón, quise decir excrementos. En nuestros tiempos se admira más al diamante que se vuelve carbón que al carbón que se vuelve diamante. La sensación del fracaso continúa siendo el buen conductor de las emociones en una mayoría a la que, queriéndolo o no, este complejo la domina toda su vida. Joven, recuerda: no te haces esclavo cuando te somete sólo quien tiene el poder -sino también quien lucha en su contra. Olor de los Textos: a madera húmeda en el fuego, o a hojas podridas, o a habitación vacía. Y más: a piedra ardiente en el sol, a establo, a cabello sin lavar de una mujer hermosa. ¡Pobre Guerlain! Cuidado con la emoción. Si es hechicera, no deja de ser embustera.

De la misma manera en que a veces una palabra (no necesariamente bonita o rara) se vuelve el pretexto para crear todo un verso, de tal modo que esa palabra pueda encontrar su lugar preciso y resplandezca, ese verso, a su vez, por la misma razón, se vuelve a veces pretexto para crear todo un poema, cuyo contenido, si nació de dos o tres sílabas humildes, como sentido está tan alejado de ellas como un hombre completo del placer de un instante, que se volvió la razón de que existiera. " Odysseas Elytis

Hechos Memorables, de Poesía negra, poesía blanca

 "Acuérdate de tu padre y de tu madre, y de tu primera mentira cuyo indiscreto olor se arrastra por tu memoria.

Acuérdate de tu primer insulto a los que te engendraron: la semilla del orgullo quedó sembrada, resplandeció la fisura quebrando la unidad de la noche.
Acuérdate de los anocheceres de terror en los que el pensamiento de la nada te arañaba el vientre, y volvía sin cesar para picotearte como un buitre; acuérdate también de las mañanas de sol en el cuarto.
Acuérdate de la noche de liberación en la que, al caer tu cuerpo suelto como un velamen, respiraste un poco del aire incorruptible; acuérdate también de los animales pegajosos que te han vuelto a aprisionar.
Acuérdate de las magias, de los venenos y de los sueños tenaces –querías ver, te tapabas ambos ojos para ver, pero no sabías abrir el otro.
Acuérdate de tus cómplices y de los fraudes en común y de ese gran deseo de salir de la jaula.
Acuérdate del día en que desgarraste la tela y te apresaron vivo, inmovilizado ahí mismo en la batahola de bataholas de las ruedas que giran sin girar, contigo adentro, cogido siempre por el mismo instante inmóvil, repetido, repetido, y el tiempo no daba sino una vuelta, todo giraba en tres sentidos innumerables, el tiempo se cerraba al revés ( y los ojos de carne sólo veían un sueño, sólo existía el silencio devorador, las palabras eran pieles secas, y el ruido, el sí, el ruido, el no, el alarido visible y negro de la máquina te negaba), el grito silencioso "Yo soy" que el hueso oye, por el cual muere la piedra, por el cual cree morir lo que nunca fue. Y tú no renacías a cada instante sino para ser negado por el gran círculo sin límites, todo pureza, todo centro, todo pureza salvo tú mismo.
Y acuérdate de los días que siguieron, cuando marchabas como un cadáver hechizado, con la certidumbre de ser devorado por el infinito, de ser aniquilado por la existencia única de lo Absurdo.
Y acuérdate sobre todo del día en que querías arrojarlo todo, de cualquier modo. Pero un guardián vigilaba en tu noche, vigilaba mientras dormías, te hizo tocar tu propia carne, te hizo recordar a los tuyos, te hizo recoger tus andrajos.
Acuérdate de tu guardián.
Acuérdate del hermoso espejismo de los conceptos, y de las palabras conmovedoras, palacio de espejos construido en un sótano. Y acuérdate del hombre que vino y lo rompió todo, te tomó con su tosca mano, te arrancó de tus sueños y te obligó a sentarte sobre las espinas del pleno día. Y acuérdate de que no sabes recordar.
Acuérdate de que todo se paga, acuérdate de tu felicidad, pero cuando te trituraron el corazón, era ya demasiado tarde para pagar por adelantado.
Acuérdate del amigo que te tendía su razón para recoger tus lágrimas brotadas de la fuente helada que violaba el sol de primavera.
Acuérdate de que el amor triunfó cuando ella y tú supisteis someteros a su fuego ansioso, rogando morir en la misma llama.
Pero acuérdate de que el amor no es de nadie, de que en tu corazón de carne no hay nadie, de que el sol no pertenece a nadie, ruborízate al contemplar el cenegal de tu corazón.
Acuérdate de las mañanas en que la gracia era como una vara amenazadora que te conducía, sumiso, a través de tus jornadas, ¡bienaventurado el ganado bajo el yugo!
Y acuérdate de que entre sus dedos entumecidos tu pobre memoria dejó escapar el pez de oro.
Acuérdate de los que te dicen: acuérdate. Acuérdate de la voz que te decía: no caigas. Y acuérdate del placer equívoco de la caída.
Acuérdate, pobre memoria mía, de las dos caras de la medalla. Y de su metal único.
René Daumal "